Como muchas veces he dicho, todas mis portadas son especiales, por una razón u otra.
Esta me acerca a mi tierra. Santiago es parada obligada cuando vuelvo a mi lugar de nacimiento, así que he intentado unir la magia que impulsa al autor, con mi sentir.
Se podrían utilizar muchas imágenes del camino, pero elegí la sombra del peregrino, porque el Camino hace que los que lo recorren sean iguales, ensalza sentimientos, empatía, y acoge sus pasos provengan de donde provengan...
El Camino de Santiago es también el Camino de las estrellas, por eso mezclo las dos imágenes.
Y, una sombra de la misma sombra. Representa su compañía, "el viento", la soledad, la alegría... o cualquier acompañante.
La concha, signo inequívoco de que estás en el camino.
Esta es la imagen del camino, que conduce a una meta: llegar a la catedral y abrazar al Santo.
De uno nuestros viajes tengo una preciosa foto de la catedral con los últimos rayos del atardecer incidiendo sobre ella. Pasada a dibujo la integro en la trasera.
Esta es la cubierta completa, y mis impresiones del libro:
Pablo nos lleva a su infancia; al momento
actual, y también por sus recuerdos…
En él crece una gran ilusión por recorrer
el Camino de Santiago. Se informa, se prepara, y se lanza a la gran aventura,
no una, sino varias veces aunque todas distinta.
Recorremos el camino junto a él y en
compañía de un amigo especial -el viento-, con el que Pablo conversa y aleja su
soledad.
En este recorrido conocemos todo tipo de
personas, que por diversas razones emprenden el camino y con ellos lo vivimos de
cerca.
Mochila, Bastón y el Viento. La magia del
Camino de Santiago, es como su nombre indica, un recorrido, bueno, en realidad
varios, por diversas rutas que hacen el camino de Santiago.
Nos lleva a realizar ese camino, de
ensueño y paz a veces, duro y cruel otras; en compañía o soledad… y siempre un
camino distinto según el momento o la persona.
Más que una novela, relata vivencias,
sensaciones, sentimientos…
Nos describe la llegada a la meta y el
ritual que cumple el peregrino y, que al igual que el camino, puede ser
enriquecedor o cruel…
El libro puede hacerte conocer las rutas,
enseñarte las costumbres, prepararte ante las desilusiones o embriagarte de fe
y magia.
Es tan real como los pensamientos del
peregrino que por muchas veces que haga el recorrido, cada vez tendrá una
experiencia distinta.
Este libro puede ser el compañero de
viaje si te decides a emprenderlo, el recuerdo de tus propias vivencias si un
día lo emprendiste o simplemente ayudarte a entender qué incita a personas muy
distintas a cumplir con una tradición milenaria y sin embargo actual.
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